Madrid, 25 de Septiembre del 2019
La rehabilitación de edificios comporta diversas modificaciones de la estructura, bien sea por cambio de uso, cambios en sectores de incendio, mejora o modificación de las vías de evacuación, etc... Todo ello produce un cambio en las especificaciones del edificio (cambio en la resistencia al fuego de determinados elementos constructivos de la obra).
La rehabilitación de un edificio comporta una modificación de la estructura del mismo, y esto a su vez genera dos problemas a los que se han de enfrentar continuamente en la rehabilitación de una edificación. Por un lado, la incompatibilidad del diseño antiguo con la modificación estructural planteada, y por otro, la imposibilidad de intervenir en el diseño histórico de la edificación. por tal motivo, en muchos casos no se ha podido garantizar las normativas y rendimientos actuales vigentes.
Uno de los casos más comunes sucede con los elementos de compartimentación horizontal. Por ejemplo, los suelos suelen ser elementos constructivos que con el paso del tiempo y el desarrollo técnico dejen de cumplir con la normativa técnica actual.
Entre los responsables de esta variación podemos citar:
a) Los materiales utilizados en edificios antiguos pueden no alcanzar los rendimientos mecánicos actuales sobre todo en condiciones de incendio, por ejemplo: madera, bovedillas, cañizos, etc...
b) Las necesidades de compartimentación actuales no son las mismas que los antiguos edificios como por ejemplo, salas, sectores más diáfanos, grandes salas en metros cuadrados...
c) Las necesidades de servicios (electricidad, comunicaciones, climatización, etc) casi inexistentes en edificios antiguos, provocan una problemática a la hora de su realización en el edificio rehabilitado.
Las actuaciones a acudir resultan caras e incompletas, ya que el edificio raramente presente un aspecto armonizado entre ambos conjuntos (edificios renovados interiormente con fachadas originales). Por ello, si queremos mantener al máximo la estructura y diseño del edificio antiguo, deberemos reforzar los elementos constructivos de forma que cumplan las exigencias actuales de resistencia al fuego).
A continuación, abordaremos diferentes casos prácticos en los que veremos la correcta solución constructiva a emplear:
a.1) Suelos/forjados con insuficiente resistencia al fuego.
• Suelos de madera →falso techo independiente
• Suelos que no tienen la resistencia mecánica suficiente para el nuevo uso → se deben reforzar mecánicamente y añadir la protección al fuego necesaria
• Suelos carecen de suficiente resistencia al fuego → protección directa bajo forjado mediante proyección de mortero o placas
b.1)Aumento de las dimensiones de los sectores que provocan el uso de vigas y pilares complementarios.
• Protección al fuego de dichos elementos hasta alcanzar los niveles de normativa actuales mediante proyección de materiales resistentes al fuego o bien protección mediante placas resistentes al fuego.
• Construcción de falsos techos independientes que oculten y protejan los forjados, vigas y suelos.
c.1) Instalaciones de servicio
En general, la adecuación de un edificio antiguo a las nuevas normas de edificación, comportará la construcción y/o adecuación de espacios ocultos para el paso de instalaciones a través de los elementos de compartimentación de incendios.
Estos "pasos de servicios" a través de los elementos compartimentadores de incendio deben sellarse para evitar que el incendio pueda propagarse de un sector a otro a través de ellos.
• Conductos de ventilación y extracción de humos:
Este tipo de instalaciones conecta prácticamente todos los locales interiores del edificio. Deberán ser resistentes al fuego o bien provistos de compuertas resistentes al fuego en los puntos que atraviesen los sectores de incendio.
Si se trata de extracción de humos, solo se admite que sean resistentes al fuego
• Bandejas de cables:
Al igual que los conductos de ventilación, los edificios necesitan una instalación de cables que distribuye toda la red de electricidad, datos, voz, señales, etc... a lo largo y ancho de toda la edificación. La gestión de esta red de cables debe ser compatible con la sectorización al fuego del edificio. Asimismo, existen cables que deberán estar protegidos del fuego, como las instalaciones de alarmas, extractores de humos, la iluminación de emergencia, etc...
Estas bandejas de cables deberán estar protegidas del fuego o bien discurrir por patinillos adecuados (sector de incendio).
Tenemos que tener en cuenta que la red de distribución eléctrica, es a la vez un camino de propagación del fuego (cables con aislamiento de plástico combustible y productos de humo) y una posible fuente de incendio (sobrecalentamiento de cables, cortocircuitos, chipas, etc...).
Deberán estar instalados de forma accesible (mantenimiento, modificación de líneas...) y ser estancos al fuego cuando atraviesan un sector de incendio.
• Tubos de desagües/chimeneas/gas/líquidos que permitan la evacuación de productos líquidos o gaseosos por todo el edificio.
En general se trata de tubos de plásticos que debido a su bajo punto de fusión, en caso de incendio, desaparecen dejando un hueco que permite la propagación del fuego.